¿Quieres mejorar la capacidad de tu hijo para socializar y aprender? Deja que juegue
Nuestras vidas están cada vez mas asociadas a la tecnología y la experiencia de los hijos es muy diferente a la que tuvieron sus padres en la infancia. El juego libre e imaginativo está siendo reemplazado por actividades planificadas y sobre todo por tiempo frente a las pantallas. Los preescolares sustituyen con mayor antelación el juego por enseñanza de objetivos formales académicos. A pesar de que, las investigaciones sugieren y confirman que el juego es una necesidad biológica y que las bases que lo impulsan se ubican en centros del cerebro primitivo.
Para los niños que presentan debilidades en su neurodesarrollo, los padres tienden a dar mayor importancia en promover las habilidades cognitivas, lenguaje y sociales pero olvidando el juego como una herramienta fundamental y básica para lograrlas. Por otro lado, para los niños neurotípicos, los padres enfocan su atención en mantenerlos ocupados, entretenidos y "aprendiendo". En ambas circunstancias, hay una apreciación inadecuada de la profundidad y amplitud del aprendizaje que ocurre cuando se les proporciona un espacio seguro en el que los niños puedan jugar, sin interrupciones ni instrucciones.
¿Qué tiene el juego que lo convierte en una parte invaluable de la vida de un niño? Realmente participar de juegos ES LA TAREA de todo niño. El juego es esencial para el desarrollo físico, social y emocional, dentro de la seguridad de su propio espacio, los niños recrean y expresan sus experiencias diarias; asumen diferentes roles, expresan sus puntos de vista, emociones, resuelven problemas, negocian y crean. El juego transforma las neuronas del área frontal del cerebro, como lo describe Jaak Panksep de la Universidad Estatal de Washington, "la función del juego es construir cerebros pro-sociales, cerebros sociales que saben cómo interactuar con los demás de manera positiva".
Cuando los niños juegan pueden usar lo que tengan a su alcance para simbolizar eventos imaginarios o de la vida real, este uso de símbolos es una base importante del desarrollo cognitivo que ayuda al aprendizaje posterior de la lectura y matemática. Armar un juego de roles implica imaginar y organizar una historia, por lo que es clave para las habilidades de lectura y comprensión. Hacer rompecabezas y construir con legos promueve el desarrollo de habilidades visoespaciales y de pensamiento lógico.
Jugar con amigos o con los hermanos les brinda la oportunidad de desarrollar habilidades sociales, ya que necesitan aprender a considerar los sentimientos y las perspectivas de los demás, cooperar, negociar y resolver conflictos.De los problemas que surgen en los juegos, los niños desarrollan su capacidad para reconocer, verbalizar y regular sus emociones así como la de sus compañeros de juego.
Otro aspecto importante del juego es el desarrollo de actividad física, ya que ellos se benefician de descargar sus emociones y las hormonas del estrés de una manera física y activa, por lo que hace menos probable la aparición de berrinches. Además, ayuda a promover el desarrollo de habilidades motoras gruesas, fuerza muscular y equilibrio, por lo que también "cambia el cerebro". Según el psiquiatra de la Escuela de Medicina de Harvard, John Ratey, el ejercicio aumenta el nivel de químicos cerebrales llamados factores de crecimiento, que ayudan a crear nuevas células cerebrales y a establecer nuevas conexiones entre las células cerebrales para ayudarnos a aprender.
Si tiene un hijo con necesidades especiales, apoyar al desarrollo de habilidades de juego es tan esencial como promover el lenguaje, la cognición, la autoayuda y las habilidades motoras. Además, el juego es un vehículo natural para la enseñanza en todos los ámbitos del desarrollo. Enseñar habilidades a los niños a través del juego implica aprovechar las emociones positivas naturales que están presentes para impulsar el aprendizaje significativo.
