La tutora para niƱos con autismo
- Autismo Diario
- 24 feb 2018
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Con alguna frecuencia escuchamos decir que un niƱo con autismo fue admitido en la escuela regular u ordinaria, pero condicionado a disponer del acompaƱamiento de una Tutora. Diversos tĆ©rminos se han utilizado para denominar a este apoyo profesional: Shadow Teacher, Asistente o Auxiliar TerapĆ©utico (Pedagógico), Asistente Educativo, Maestra de Apoyo, etc. En general denota el requerimiento de parte de la institución educativa de una ayuda especĆfica y particular para el niƱo con autismo dentro del aula. El concepto de maestra sombra estĆ” realmente mĆ”s asociado al modelo de escuela que a las necesidades educativas.
El concepto de tutora para niƱos con autismo se asocia en AmĆ©rica Latina con un recurso que la familia del niƱo debe asumir para que su hijo pueda asistir a una escuela regular. Esto no pasa siempre, ni en todas partes, no podemos generalizar, pero sĆ es una situación muy habitual. Sin embargo, hay paĆses donde se ha convertido en casi obligatorio, una especie de impuesto o gravamen (que debe asumir la familia) a la educación del niƱo con autismo.
Pero ¿Qué es y qué hace realmente una tutora para niños con autismo?
La tutora en estos casos es un apoyo educativo, es un recurso psicopedagógico que se aplica en circunstancias muy especiales cuando se observan dificultades que no resultan fÔcilmente abordables con los recursos ordinarios de la clase y tampoco con el apoyo del aula-recurso u otros recursos disponibles en la institución escolar.
Muchos niƱos con autismo han tenido una buena experiencia y progresos al trabajar con tutora, lamentablemente no es algo que podamos generalizar y decir que todos se verƔn beneficiados. Algunas cuestiones deben preverse antes de emplear este recurso que, sin duda, puede ser necesario en algunos pocos casos en los que determinados aspectos del niƱo, el aula, o -principalmente- la escuela lo demandan.
La escuela es un ambiente que puede resultar confuso y sobrecargado de estĆmulos para niƱos con autismo, de manera que contar con apoyos resulta imprescindible durante el proceso de integración a la Comunidad Educativa, estos apoyos serĆ”n puntuales o permanentes, siempre en función de las caracterĆsticas del alumno.
El apoyo de tutora debe solicitarse cuando el equipo a cargo del tratamiento del niƱo con autismo (padres, maestros y profesionales de la salud) consideren que es un recurso necesario y que han sido puestos en funcionamiento mecanismos de apoyo en la escuela, pero estos no resultan satisfacer plenamente las necesidades especĆficas del estudiante.
Es importante evitar solicitar este apoyo sin antes haber evaluado el desempeƱo del niƱo sin el mismo y haber acondicionado el aula para recibirle: agendas visuales, horarios, seƱalización, rutinas claras y bien establecidas, apoyo al maestro titular y a los compaƱeros, seguimiento por el departamento de psicopedagogĆa y orientación del colegio, etc. Y tambiĆ©n es importante evitar el peligro de solicitar el apoyo de la tutora como una rutina (algo que se estĆ” dando en muchas instituciones educativas privadas).
La tutora puede adoptar diversos papeles:
Asistente educativo (su papel real)
Niñera (tergiversación de su papel)
Canal de contacto del niƱo con autismo con el resto de la Comunidad Educativa (inicialmente puede ser de ayuda, si lo sigue haciendo de forma permanente se convierte en un problema).
Fuente de información exclusiva para los padres (peligro serio)
Papel como asistente educativo (su función real)
Si se decide contar con el apoyo de la tutora es importante considerarle parte fundamental del equipo terapƩutico. De hecho, pasarƔ con el niƱo mƔs tiempo que los padres mismos dependiendo del horario escolar, es decir que la responsabilidad que asume es muy grande y seria.
Requiere tener entrenamiento especĆfico:
Preparación pedagógica
Preparación psicológica y con buen nivel de conocimiento sobre los Trastornos del Espectro del Autismo
HƔbil para el seguimiento de instrucciones
Creativa e implementadora de acciones
Observadora y acostumbrada a llevar registros
Comunicativa
Con entrenamiento para la solución de contingencias e implementación de acciones o maniobras de contención
Respeta sus lĆmites
Respeta el orden jerƔrquico de la escuela
Resulta importante evitar contratar a personas sin preparación especĆfica porque pueden tener muy buena voluntad, pero no ser capaces de cumplir con el papel a cabalidad y terminar haciendo daƱo o creando dificultades que no existĆan. Muchas veces se accede a esa función o empleo porque no se ha tenido la oportunidad de tener otro, es mejor buscar el apoyo de personas que han recibido el entrenamiento especĆfico para desempeƱar este papel y han tenido experiencias supervisadas que avalan su trabajo.
Dentro del salón de clases debe moverse como un auxiliar del aula y, en la medida de lo posible, resaltar como apoyo especĆfico del niƱo que requiere su apoyo especĆfico, es decir actuar de la forma mĆ”s disimulada que las circunstancias lo permitan. Esto evitarĆ” convertir la diada niƱo-tutora en una forma de exclusión dentro del aula misma. El niƱo tambiĆ©n se sentirĆ” mĆ”s cómodo si ve que recibe trato similar al de sus compaƱeros de salón. Esto no implica que estĆ© pendiente y presta a apoyar de manera inmediata cuando la necesidad surge.
Aspectos que debe cuidar
El lĆmite entre lo que corresponde hacer y lo que no se debe hacer es, muchas veces, muy sutil. Es por ello que resulta importante monitorizar y evaluar con periodicidad las actividades que desarrolla la tutora.
Es importante que sea parte del personal del Centro Escolar:
Resulta conveniente que sea la propia institución educativa quien contrate a la tutora y se evite el vĆnculo laboral con los padres.
El considerarse contratada por los padres podrĆa convertirle en informante personal y exclusivo de los mismos, como un agente dentro del salón de clases que traslada información preferencial.
La dinĆ”mica escolar y sus problemas solamente se entienden a plenitud estando dentro de la escuela. Muchos factores del entorno, precipitantes, etc. pueden no ser conocidos por los padres y profesionales, esto conducirĆa a interpretaciones erróneas de los datos que se disponen. Recibir información parcial no es conveniente en ningĆŗn caso porque es parcialmente real y parcialmente no real (incluso mentira). Elaborar conclusiones a partir de ello no es benĆ©fico para ninguna de las partes.
La información del colegio debe recibirse por los mismos canales que la reciben los demÔs padres de familia. Al final lo que queremos es la inclusión plena de nuestros hijos a la Comunidad Educativa y evitar cualquier tipo de segregación o exclusión.
Debe respetar el orden jerƔrquico:
La autoridad dentro del aula es el titular de la asignatura que se imparte o el docente titular del grado.
La maestra sombra es un apoyo dentro del salón de clases. Alguien que realiza acciones favorables a un estudiante en particular pero que busca mantenerle integrado dentro de la dinÔmica propia de su salón o de la actividad que se estÔ realizando.
Evitar convertirse en un obstÔculo para la interacción del niño con sus compañeros:
Acompaña, vigila y facilita la interacción del niño con TEA con sus compañeros de clase, pero no tiene como función ser compañera de juego del niño al que apoya.
Es importante que facilite todas las oportunidades posibles de interacción social con niños de su edad tanto en las actividades académicas como en los tiempos de receso.
En este sentido, resulta vital comprender el papel de facilitadora.
¿Y cuÔl es realmente la función que deseamos que haga la tutora?
En teorĆa se supone que el rol o papel principal que deseamos que realice la tutora debe basarse en los siguientes aspectos:
Potenciar aspectos cognitivos, sociales, emocionales y de autocuidado.
Fomentar la capacidad académica del alumno a través de la adaptación de materiales, adecuación metodológica del modelo educativo, refuerzo y promoción de la comunicación funcional y apoyo.
Coordinar junto con el equipo docente y de orientación psicoeducativa el programa curricular del alumno, asà como las adaptaciones curriculares que sean necesarias en función del perfil del niño.
Mejorar la calidad de la comunicación del niño.
Potenciar y desarrollar las habilidades sociales del niƱo.
Informar y orientar a la familia y equipo terapéutico externo del plan de trabajo, avances y extensión del trabajo a contextos naturales.
Este perfil obliga a una muy alta preparación acadĆ©mica, a una larga preparación de prĆ”cticas guiadas y una elevada especialización de la profesional, cuando en realidad, su rol como asistente educativa estarĆa muy por debajo de este nivel de exigencia. Este aspecto es importante destacarlo de forma sostenida, ya que vemos muchas veces que, en la realidad, se convierten en una especie de niƱeras mĆ”s ocupadas en resolver los problemas de control de esfĆnteres del niƱo o sus problemas conductuales, que realmente ser un apoyo pedagógico y/o terapĆ©utico.
En EspaƱa, por poner un ejemplo, el rol que aquĆ se describe para la tutora, desde la visión profesional y mĆ”s tĆ©cnica, lo desempeƱan tres perfiles profesionales diferentes: las profesoras especialistas en PedagogĆa TerapĆ©utica, profesoras especialistas en Audición y Lenguaje, y las Auxiliares TĆ©cnicos Educativos. Esto significa que la maestra sombra debe tener una capacitación de alto nivel, cosa harto difĆcil que se dĆ©.
Por tanto, o bien la exigencia -sobre el papel- a la tutora es muy alta y requiere de un perfil profesional de altĆsimo nivel, o lo que realmente se demanda es simplemente una cuidadora. Hemos de ser muy claros a la hora de definir las responsabilidades reales y asumibles de la maestra sombra, ya que finalmente, parece que el perfil profesional, o lo que se espera de la tutora, acaba mĆ”s ligado a los intereses del colegio que a las necesidades reales del niƱo o niƱa.
Por tanto, la función real de la tutora varĆa en función de los intereses que en cada caso el centro educativo ponga sobre la mesa. Esto es en sĆ un problema tremendo, en primer lugar, porque el perfil profesional, tal y como se la describe en sus funciones, de la tutora es muy elevado, esto deberĆa convertir a la tutora en la responsable mĆ”xima de todo lo relacionado con las necesidades educativas especiales del centro escolar, ya que esa capacitación deberĆa ponerla a ese nivel. Pero la realidad nos dice que, en muchos casos, la tutora no es mĆ”s que una figura de acompaƱamiento del niƱo que, en la mayorĆa de las ocasiones, actĆŗa a modo de contención del alumno con autismo, para que Ć©ste no āinterfieraā ni āperjudiqueā al normal desarrollo de la clase, es decir, se encarga de invisibilizar al niƱo y a sus necesidades educativas reales.
Es decir, que sobre el papel la función de la maestra sombra es exagerada según la definición, el problema es que si solo la constreñimos a una asistente educativa (Que es lo que entendemos debe ser su papel), debe tener un apoyo por parte de un equipo especializado que la oriente y supervise su trabajo diario (Que normalmente tampoco existe), con lo cual, acabamos nuevamente en que la función real de la maestra sombra, cuando no se dan las condiciones adecuadas de apoyo de equipo profesional y supervisión técnica, es de una simple cuidadora o invisibilizadora del niño.
ĀæEntonces, es una buena o mala idea la maestra sombra?
Bien, desde la visión de una educación de calidad, adaptada a las necesidades de los alumnos, en un modelo educativo inclusivo y de alta calidad, el concepto de maestra sombra no se contempla, se convierte en una figura que se diluye entre otros perfiles profesionales. Es decir, ni siquiera es una mala idea, es que es una figura innecesaria.
Ahora bien, teniendo en cuenta que la gran mayorĆa de colegios a los que podemos acceder no se acercan ni de lejos a ese modelo educativo tan estupendo, inclusivo, abierto, moderno, ā¦, pues habrĆ” que trabajar con la realidad y ver si en el modelo general de escuela el encaje de la maestra sombra es adecuado o no. Pero antes de eso entendamos el por quĆ© muchas escuelas obligan a que el niƱo venga con su āasistente personalā al colegio.
En primer lugar, esa visión de la tutora como cuidadora de un cuerpo y contenedora de sus conductas, se aleja de cualquier cosa que se llame educación, y lo único que genera es que el niño permanezca en un determinado entorno sin sacar provecho del mismo.
Y, en segundo lugar, la escuela quiere esa figura porque su visión del niƱo con autismo implica tener un problema y no un alumno, y, Ā”hagamos de abogado de diablo!, no les falta razón. Imaginen a un niƱo de 3 aƱos, que no tiene control de esfĆnteres, que no tiene comunicación, que presenta conductas disruptivas continuadas, un niƱo que -en suma- estĆ” totalmente desregulado, y lo metemos en un aula con una maestra de infantil y otros 30 o 40 o incluso 50 niƱos mĆ”s. Y ahora pretendemos que la maestra consiga lo que ni la madre ni el padre del niƱo han conseguido, con la diferencia que los padres solo lo tratan a Ć©l y la maestra tiene otros 30 o 40 o 50 niƱos mĆ”s. Seamos honestos, es una exigencia injusta a la maestra y ademĆ”s cuasi imposible. El niƱo, que no ha recibido atención temprana, a quien no se le han trabajado los aspectos del desorden sensorial, que tiene un problema de motricidad, de comunicación, de conducta, ā¦, pretendemos ācurarloā de todo por el mero hecho de asistir a un aula de una escuela de infantil.
Al inicio de este artĆculo se afirmaba que la escuela es un ambiente que puede resultar confuso y sobrecargado de estĆmulos para niƱos con autismo. Bien, pues quizĆ” debemos dar al niƱo la atención que necesita, y -de momento- los colegios no son centros de atención temprana con capacidad de dar terapia de integración sensorial ni regulación y tampoco son -de momento- especialistas en comunicación y lenguaje para niƱos con autismo. Pero todo eso, que requiere de un equipo profesional, queremos que lo resuelva la maestra de infantil, y, ademĆ”s, mientras atiende a los otros 30 o 40 o 50 niƱos que asisten a su aula ĀæEntienden ahora por quĆ© muchos colegios exigen que el niƱo traiga su propia āniƱeraā?
Pero ahora depuremos un poco mĆ”s las responsabilidades ĀæDeberĆa el colegio dar un informe profesional a la familia para decirle que su hijo requiere atención temprana profesional antes de poder acudir a la escuela? ĀæQuĆ© derecho prevalece, el de la salud del niƱo, o el de la educación? ĀæPuede negarse un colegio a atender a un niƱo por el hecho de tener autismo y no haber recibido la atención temprana que merece por ley? ĀæDeben los padres del niƱo sacarse lĆos y preocupaciones de encima lanzando el 100% de la responsabilidad al colegio? Hay muchas preguntas mĆ”s que podemos aƱadir y que deberĆan realizarse previo a empezar el discurso sobre la idoneidad o no de una maestra sombra. Pero sobre todo, habrĆa que preguntarse Āæpor quĆ© es tan difĆcil encontrar un colegio que ponga todo de su parte?
Y ahora, sigamos en nuestro ejercicio de imaginación, pensemos en un niƱo que sĆ recibió esa atención temprana, pero que, a pesar de todo, tiene unas necesidades especĆficas en el aula para su correcto desempeƱo acadĆ©mico ĀæEn este caso, serĆa una buena idea tener una tutora? Pues volvemos nuevamente al inicio de este texto, depende del modelo de escuela.
En primer lugar, un niƱo en un aula regular asistido por una tutora no es un niƱo en inclusión educativa, es mĆ”s, podemos incluso pensar que la propia figura de la tutora puede resultar una figura segregadora, del niƱo que asiste a clase con guardaespaldas. Porque en muchas ocasiones el papel de la tutora parece ser -tambiĆ©n- la cuidadora a ultranza de un niƱo de cristal, que no puede apenas participar de las actividades cotidianas, no sea que se haga daƱo, de forma que se evita que el propio niƱo participe de muchas actividades en las que, pues sĆ, es posible que se haga daƱo, y es que hacerse daƱo tambiĆ©n es aprendizaje, los niƱos al jugar se pueden hacer daƱo, o incluso un niƱo puede pegar a otro sin que esto implique una agresión horrible, porque los niƱos entre ellos se pegan, y eso tambiĆ©n es aprendizaje. Como nota para los lectores con incapacidad para inferir significados, y que tengan literalidad absoluta, esto no implica que la agresión y el daƱo sea algo bueno per se, sino que, en la vida, los niƱos en algĆŗn momento se pueden causar un daƱo fĆsico, a pesar de ser diligentes en su cuidado y vigilancia, y del mismo modo, un niƱo puede pegarle a otro, sin por ello estar viviendo una situación de violencia, y estas situaciones tambiĆ©n generan un aprendizaje en el niƱo, si pego al otro igual el otro me pega a mĆ, ok, mejor no pego.
Bien, hemos visto que hay muchas cuestiones que tienen realmente que ver con el modelo de escuela y no con las necesidades educativas del niño las que realmente hacen mover el fiel de la balanza sobre la idoneidad o no de la tutora. Hemos visto que en un modelo de calidad educativa, la maestra sombra es una figura innecesaria, por tanto, la existencia o exigencia de la maestra sombra es por tanto un signo evidente de que el centro escolar es malo y no contiende con la atención a la diversidad.
ĀæPuede el colegio obligar a la familia a poner y pagar una tutora?
Pues realmente no, salvo que la familia desee que su hijo asista a ese colegio en particular, el cual pone unas condiciones determinadas -y caras- para permitir que el niƱo deambule por sus instalaciones.
AdemĆ”s hay que contender con tres aspectos distintos: Escuela PĆŗblica; Escuela Privada; Marco Legal. El marco legal es normal que proteja el derecho a la educación del niƱo, asĆ como la obligatoriedad de la asistencia del niƱo a la escuela, y si es obligatorio asistir a la escuela, pues el Estado debe ofrecer una plaza al alumno sin poner ningĆŗn impedimento ni costo asociado, ya que, de lo contrario, irĆa contra los derechos fundamentales del niƱo. La Escuela PĆŗblica, por tanto, estĆ” obligada a aceptar al niƱo con autismo, aunque no les apetezca nada al equipo del colegio. La escuela privada dependerĆ” de cómo es el marco legal de cada paĆs y de lo garantista que sea, aunque si una escuela privada se niega a atender a un niƱo con autismo, pues francamente, no puede ser una buena escuela, ya que si la propia institución promueve la segregación por discapacidad de un ciudadano, serĆ” difĆcil que puedan dar una buena calidad educativa en valores, solidaridad y democracia a ningĆŗn niƱo.
Por tanto, solo quien desee pagar pagarÔ. Aunque claro, el papel lo aguanta todo, ¿y qué pasa si la oferta de escuela pública es poco atractiva? Y si todos los colegios privados me exigen la figura de la tutora, en un caso asà ¿Qué puedo hacer? Porque esta es otra realidad con la que debemos de contender. Y es que en muchas ocasiones la familia debe resolver en periodos cortos de tiempo la respuesta educativa del niño.
Pues no hay respuestas simples, al final, lo ideal es intentar conseguir que el colegio disponga de la mayor cantidad posible de recursos para la atención educativa a alumnos con necesidades educativas especiales, y si al final no queda mĆ”s remedio, deberemos buscar a una persona que pueda acreditar sus conocimientos, pero ademĆ”s, y esto es bastante importante, tiene que ācaerle bienā al niƱo, ya que nunca enseƱarĆ”s nada Ćŗtil a un niƱo con autismo al que no le caigas bien. Y nueva aclaración para lectores con incapacidad para inferir significados, y que tengan literalidad absoluta. Caer bien implica que pueda haber una buena relación entre dos personas, incluso cuando esta relación no tiene aspectos de lenguaje verbal, es decir, que entre la maestra sombra y el niƱo se establezca un vĆnculo afectivo adecuado.
¿Entonces si el niño tiene tutora estÔ en modalidad inclusiva?
Pues no, ya que el concepto de escuela inclusiva no contempla que el alumno tenga una tutora, sino que el colegio dote los recursos educativos necesarios para el correcto desarrollo curricular, acadƩmico y social de todos los alumnos, prestando Ʃnfasis en las necesidades del alumno para que sea el entorno el que se adapte al niƱo y no al revƩs.
Es decir, si un niƱo asiste a una escuela regular con una tutora, pues no estĆ” en modalidad de inclusión, si acaso en integración, aunque finalmente, si el desempeƱo del niƱo no āda la tallaā frente a la exigencia del colegio, si la tutora no es buena, y si empieza a tener desfase curricular, el niƱo estarĆ” en la modalidad de incrustación educativa, es decir, que se le incrustó en un aula obviando las necesidades del niƱo y anteponiendo por tanto los requerimientos del colegio. Siempre que se anteponen los principios del centro a las necesidades de un alumno, estamos pues ante un signo mĆ”s de mala calidad educativa, ya no son alumnos, son clientes, y ademĆ”s en los colegios que tienen clientes, el cliente NUNCA tiene razón.
Vale, todo esto es muy interesante, pero en mi ciudad no hay nada de todo lo que aquà refieren, y la escuela pública no es que sea mala, es que es muy mala, y solo tengo la opción de la escuela privada, y en todas me obligan a que mi hijo asista con tutora o no lo aceptan, ¿qué hago ante una situación as� Bien, no podemos dar todas las repuestas, pero la situación que aquà se expone no es infrecuente, es por tanto una decisión que se debe tomar desde la reflexión y buscando la salida mas adecuada para el niño, quien es la prioridad familiar como es obvio.
Hay un problema real y de difĆcil solución en la escolarización de los niƱos con autismo, indistintamente de su necesidad de apoyos, sean estos elevados o leves, pero es importante que las familias se agrupen para poder realizar reclamaciones en grupo ante las administraciones educativas, o bien realizar acciones legales, es cierto que esta es una vĆa que funciona, pero no en 48 horas, son vĆas de acción que requieren de tiempo, y los niƱos no pueden perder ese valioso tiempo. Hay familias que directamente han optado por la educación en casa, ya que el costo era el mismo que el de la maestra sombra, tambiĆ©n es una modalidad que bien hecha puede dar buenos resultados. Otras familias se han puesto firmes y han exigido esos derechos de manera inmediata, y tambiĆ©n hay casos donde esto da buenos resultados. Realmente no hay una Ćŗnica solución que de resultados en el corto plazo, aunque en el medio o largo la acción conjunta es la mĆ”s eficaz, el problema es que llevar a cabo acciones conjuntas implica hacer algo que a los latinos se nos hace dificilĆsimo, por no decir casi imposible, y es ponernos de acuerdo entre nosotros, eso sin contar que una vez nos ponemos de acuerdo, todos quieren ser la voz cantante, en fin, cosas de nuestra particular forma de ser, ya saben, estamos como estamos porque somos como somos.
Conclusiones
A modo de cierre, ya que este es un asunto que genera muchas discusiones y problemas en lo relacionado a la educación. Empezando por el propio nombre de tutora, quizÔ es mÔs adecuado usar términos como auxiliar educativo, o maestra de apoyo, ya que se supone que esa debe ser su función.
Durante mucho tiempo se ha visto al alumno con autismo como un sujeto dependiente, y por tanto se han diseƱado infinidad de modelos de mediación educativa, es decir, de personas que āmedianā entre el niƱo y su entorno escolar. Una especie de traductor instantĆ”neo, es como si el niƱo fuera un alien de un planeta lejano y llega con su asistente personas, su propio C-3PO, y se nos olvida que debemos evaluar las necesidades de apoyo de cada alumno de forma individual, sin contender siempre con lo que nosotros pensamos que no puede, y ademĆ”s damos por supuesto que nosotros (El entorno) no vamos a esforzarnos en absoluto, y por eso debe haber un mediador entre las partes, la del niƱo incapaz y la del entorno indolente, ya de paso, le damos el aprobado al mediador.
Es obvio que inventamos el modelo de tutora porque no hemos sabido (querido) desarrollar un modelo de escuela eficiente, eficaz y capaz de contender con las necesidades de los alumnos, que seamos claros, no es algo fÔcil y nuestros gobiernos no ayudan demasiado. Pero cuando no hay nada, cualquier cosa es mejor que nada, asà que podemos intentar hacer de la desgracia virtud, y si hemos de requerir el uso de una maestra sombra, deberemos conseguir la mayor cooperación del colegio y, sobre todo, entender que es una figura profesional que debe trabajar en un entorno no siempre fÔcil.
Si usted es el dueño de un colegio, pues debe saber que disponer de especialistas en su colegio es una apuesta por una educación de calidad para todos, usar especialistas para trabajar las habilidades sociales, la educación emocional, el respeto a la diversidad, incluso, formar a sus alumnos como un recurso educativo mÔs (siempre desde la visión de la solidaridad al compañero) es también una gran apuesta educativa.
Aunque como hemos visto a lo largo de este artĆculo, la exigencia de una tutora es sĆntoma de mala calidad de un colegio y es opuesto al concepto de educación inclusiva, tambiĆ©n hemos de ser conscientes de que en sistemas educativos que tienen un dĆ©ficit de calidad sistĆ©mico, quizĆ” sea esta figura la Ćŗnica alternativa a la educación del niƱo con autismo.
Fuente:
ArtĆculo extraĆdo del portal web www.autismodiario.org
Escrito por Carlos E. Orellana y Daniel ComĆn





